Don Pelayo, el precursor de la Reconquista

Rey Rodrigo - DON PELAYO - Rey Favila
Don Pelayo 718 - 737
Don Pelayo 718 - 737
Más allá del mito, Don Pelayo es sin duda alguna el paradigma de la Reconquista, una figura relevante de la cúpula dirigente visigoda que participó en las luchas por el poder que acabaron con la hegemonía visigoda en la Península Ibérica a manos del pujante califato de Damasco. 

La Historia le ha otorgado el papel de caudillo y adalid primigenio de la Reconquista, la cual no hubiera sido posible sin el sustrato visigodo, heredero de la Hispania romana.

Podemos hacernos una idea de la importancia de sus actos atendiendo al desprecio con el que se refieren a él las crónicas musulmanas:
"Un despreciable bárbaro, cuyo nombre era Belay. Se alzó en las tierras de Galicia y, habiendo reprochado a sus compatriotas su ignominiosa dependencia y huida cobarde, comenzó a excitar en el ellos los deseos de vengar las humillaciones, y expulsar a los musulmanes de las tierras de sus padres."
Crónica de Al-Maqqari

Favila, Conde de Cantabria
LA FAMILIA DE DON PELAYO
Así tenemos a un Don Pelayo, hijo de Favila Conde Cantabria, nieto del Rey Chindasvinto, sobrino del Rey Recesvinto y primo del Rey Don Rodrigo cuyo padre fue Teodofredo. 
Se casó con Gaudiosa y tuvieron dos hijos, Ermensinda y Favila

¿ESTUVO DON PELAYO EN JERUSALÉN?
Algunas fuentes sitúan a Don Pelayo en tierra Santa junto a un caballero llamado Zeballos, según afirma el Padre Mariana en su Historia de España, aún existían en el siglo XV, en el pueblo de Arratia (Vizcaya) los bordones de Don Pelayo y sus compañeros, que habían usado en su peregrinación a Tierra Santa.

Don Pelayo 718 - 737
Don Pelayo
JEFE DE LA GUARDIA PERSONAL DEL REY DON RODRIGO
Pelayo fue nombrado jefe de la guardia personal del Rey Rodrigo cuando éste arrebató el trono a los herederos del Rey Witiza, quien años atrás había acabado con la vida de los padres de Pelayo y Rodrigo.
Estas disputas por el poder explicarían la aparición en escena del Conde Don Julián y la posterior traición de los witizianos en la Batalla de Guadalete año 711, donde Pelayo luchó al lado de su primo el Rey Rodrigo.

DON PELAYO HUYE A TOLEDO
Con Rodrigo desaparecido en combate tras la derrota en Guadalete, Pelayo y los suyos huyeron a Toledo, capital del reino visigodo, donde no permanecerían mucho tiempo, la amenaza musulmana hizo que escaparan al norte de la península. 
En esta nueva huida les acompañará Urbano, arzobispo de Toledo, quien custodiaba numerosas reliquias, entre ellas la vestidura entregada por la Santísima Virgen a San Ildefonso, y las obras de San Isidoro, San Ildefonso y Juliano. 

REHÉN EN CÓRDOBA
El siguiente episodio en el que aparece la figura de Don Pelayo, es alrededor de 716, cuando el gobernador moro Munuza, instalado en Gijón, pretendió la mano de su hermana. 
Poco tiempo después Pelayo, sería enviado a Córdoba como rehén, debido a su condición de noble, para garantizar así el pago de impuestos a los sarracenos. Un año duró el cautiverio de Pelayo, ya que logró escapar y regresar a su tierra natal, Asturias.

LA BATALLA DE COVADONGA
A su llegada, Pelayo encontrará un clima propicio para la revuelta contra el yugo musulmán, en 718 será nombrado Rey y la confrontación con las tropas moras encabezadas por Alqama no se hará esperar. 
La Batalla de Covadonga sería el próximo capítulo en la vida de Don Pelayo, donde 300 asnos salvajes hicieron frente a 20.000 según las crónicas cristianas.
Según la leyenda: 
"Antes de la Batalla, a Don Pelayo se le abrieron los cielos mostrando el antiguo pendón bermejo de los godos, estandarte perdido en la batalla de Guadalete. Tras esta visión Don Pelayo tomó dos palos de roble y los unió formando una cruz que enarboló durante la posterior batalla."

Tras la derrota musulmana en Covadonga y su posterior descalabro en Cosgaya a manos de Gaudiosa, Munuza el gobernador moro de la zona, trató de huir a León, pero nuevamente los caldeos fueron interceptados y Munuza junto a muchos de los suyos, perdió la vida. 

Con el aliento de la victoria de Covadonga muchos cristianos se unieron a Pelayo, entre ellos estaría el futuro Alfonso I de Asturias. Algunas crónicas sitúan a Pelayo al frente de un contingente de 8.000 infantes y 150 caballos que desde Cangas de Onís se dirigió a la conquista de León. 
Otras fuentes señalan que la reconquista de León fue llevada a cabo por el yerno de Don Pelayo, Alfonso I de Asturias.

Don Pelayo agotaría sus días luchando por fortalecer las fronteras del incipiente reino de Asturias. En 737 fallecería en Cangas de Onís, donde tenía su corte, recibió sepultura en la iglesia de Santa Eulalia de Abamia y posteriormente fue trasladado, por orden de Alfonso X a la Santa Cueva de Covadonga, donde actualmente reposan sus restos junto a los de su esposa Gaudiosa y su hermana.

Lápida de Don Pelayo en Covadonga
"AQVI YACE EL SEÑOR REY DON PELAIO, ELLETO EL AÑO DE 716 QUE EN ESTA MILAGROSA CUEBA COMENZO LA RESTAVRACION DE ESPAÑA BENCIDOS LOS MOROS; FALLECIO AÑO 737 Y ACOMPAÑA SS M/gEr Y ErMANA"

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